
Tras la salida de la Procesión, un breve tramo transcurrido con normalidad dió paso a una intensa lluvia que hizo que la venerada imagen del Divino Niño Jesús de Belén tuviese que ser cubierto con un plástico y trasladado a toda prisa en la Parroquial de San Miguel. Tras unos breves momentos y una vez cesó la intensa lluvia, la procesión se volvió a organizar para acabar en el Real Monasterio de la Encarnación de las Hermanas Clarisas, donde permaneció hasta la mañana del dia 22 de Septiembre en que el Niño fue trasladado hasta su Santuario del Balate.
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